lunes, 11 de abril de 2011

V de Vendetta.

¡Voilà! A primera vista un humilde veterano de vodevil en el papel de víctima y villano por vicisitudes del destino. Este visage, ya no más velo de vanidad, un vestigio de la vox populi, ahora desfallecido. Sin embargo esta valerosa visión de una extinta vejación se siente revivida y ha hecho voto de vencer el vil veneno de estas víboras en avanzada, que velan por los violentos viciosos y por la violación de la voluntad. El único veredicto es venganza, vendetta, como voto y no en vano, pues la valía y veracidad de ésta un día vindicará al vigilante y al victorio. La verdad, esta vichysoisse de verborrea se está volviendo muy verbosa, así que sólo añadiré que es un verdadero placer conocerte y que puedes llamarme V.






–¿Quién eres tú?
–Quién... 'quién' es solamente la forma de la función 'qué', y ¿qué soy? Un hombre con una máscara.
–Sí, eso ya lo veo.
–Naturalmente. No cuestiono tu capacidad de observación, simplemente señalo lo paradójico que es preguntarle a un hombre con máscara quién es.





Este concierto se lo dedico a la señora Justicia en honor a las vacaciones que parece se está tomando.



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