lunes, 26 de septiembre de 2011

Ego.

La religión siempre ha despertado mi lado escéptico. De hecho siempre tengo algo que decir al respecto si encuentro a alguien con ganas y opiniones para discutir. Aunque hoy lo que me ha sorprendido realmente ha sido el "erróneo", por decirlo de alguna manera, ego humano.

En un principio pensé que ese arrebatador amor propio o por nuestra especie que nos caracteriza venía a eso de que "somos el culmen de la creación" y a demás interpretaciones más que descalificadas; se hablaba de un dios que nos creó a su imagen y semejanza, y por eso nos sentimos más que orgullosos y satisfechos pensando que éramos la crème de la crème.

Así que necesitábamos de una deidad que nos dijera "oye, que sí, que sois los mejores, aunque siempre por debajo mía".. qué curioso que acudiéramos a un ser superior pudiéndonos sentir aún mejor por nosotros mismos.

La invención de un dios sólo nos hace más dependientes e inferiores (¡¿cómo pudimos permitirlo?!).. y bueno, para tener contenta a esa gente a quien se le contó todo eso del dios supremo, se les tranquilizó diciéndoles que aún seguían siendo mejores que el resto de las especies.


No hay comentarios:

Publicar un comentario