sábado, 24 de septiembre de 2011

Mi sangre de la herida.

Qué absurdo es a veces el ser humano. Si le gusta la felicidad, si el fin máximo es experimentarla, ¿por qué rehuye de ella tan a menudo? ¿Por qué callejea por caminos incorrectos como la amargura y el dolor gratuitos?

Os miro y sólo puedo sentir tristeza.. una tristeza inmensa por la distancia que os imponéis por la estupidez de turno. Se trata de perder el orgullo por alguien que merece la pena, no de perder a alguien que merece la pena por orgullo.. pedir perdón no le hace a uno más miserable, sino más humano. No os hagáis daño. No le hagas llorar si puedes evitarlo. Hazla feliz.. para hacerte feliz a ti. ¿No se trata de eso?

Dejad de clavaros alfileres.


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