sábado, 29 de octubre de 2011

Leave it up to me.

Me encantaría trabajar en una librería. El casi-silencio y el olor a libro nuevo me engatusan, me animan a quedarme allí horas contemplando títulos, imaginando las historias que esconden las páginas, leyendo las partes de atrás y quejándome de los precios porque me gustaría llevármelos todos..

Hoy he visto que en La Casa del Libro venden Los Cuentos de Beedle el Bardo. Agh, odio mirar libros sin llevar dinero encima, pero más odio que sean carísimos.


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