viernes, 31 de octubre de 2014

Sin título.

Menuda cobardía.

El otro día fui sentada en el asiento 26E y pensé en escribirte, pero me dolió sólo pensar en el recuerdo que pudieras tener de mí. Hasta ahí llega mi cobardía, aunque creo que lo mío es algo peor que eso. Es más que debilidad. Y es egoísta. Así que hoy no lo he pensado mucho y te he escrito. Y sé que me has leído. Y el silencio dobla todas las esquinas y me encierra en el gris.

(Tu silencio es el silencio, ocupa el espacio entero, es el mar de noche.)

Me aplasta las entrañas.

Espero no morir siendo cobarde.


Espero perdonarme.

domingo, 19 de octubre de 2014

Todo en orden.

Tengo mil fantasmas acosándome. Me traen el frío a los huesos. Me arañan el alma, quieren hacerla jirones. No sé cuánto tiempo hace falta para que se vayan los demonios. No sé qué está pasando.

Tengo muchas canciones prohibidas. Me diluyen, me desangran.

Estoy esperando a crear mi propia ola. Una que me levante y me impulse tan rápido y con tanta fuerza que crea que me voy a matar contra las rocas, para que al final me deje encima. Con veinte mil magulladuras, pero encima. Con más adrenalina que nunca.

Curioso que quiera una ola cuando el mar se me desborda por los ojos.


La música me mata y me resucita.

Lo siento, necesito que me revienten las emociones de vez en cuando. Todo en orden.

Y hoy te he visto guapa con los ojos inundados.