lunes, 4 de enero de 2016

You finally found all your courage to let it all go.

Dicen que los sueños nunca defraudan. Lo he escuchado en una canción hoy. Bueno, a mí los sueños me apalean hasta que escupo sangre y suplico por mi vida. Me acuerdo de todos y cada uno de los sueños en los que salías, tan hermético como el otro día, tan impasible. Pero en mis sueños me dices con naturalidad lo que quiero oír, con tanta naturalidad que me sorprendo incluso soñando. ¿Cómo puedo no darme cuenta de que estoy durmiendo? A lo mejor es porque mi subconsciente te construye perfectamente, todo es tan real que se me derrumba la vida en los dos segundos que tardo en despertar y recordarte en mi sueño.

Pero no te preocupes. Estoy bien. Estoy haciendo lo mío. Ya sabes, me sumerjo en otras almas un poco más cálidas que aligeran el peso de la mía. Lloro para limpiarme la tristeza de vez en cuando. A veces me torturo, pero sólo un poco.

No sé por qué la gente dice que hay que ser valiente y llevar el corazón por fuera.

Aunque supongo que la valentía hay que tenerla siempre, aunque nos entierre vivos.


From me and you
there're worlds to part
with aching looks and breaking hearts,
and all the prayers your hands can make,
oh, I just take as much as you can throw
and then throw it all away.
Oh, I throw it all away
like throwing faces at the sky,
like throwing arms round.
Yesterday
I stood and stared
wide-eyed in front of you
and the face I saw looked back
the way I wanted to;
but I just can't hold my tears away
the way you do.
Elise, believe I never wanted this.

Creo que me he perdonado.

Eso significa que tengo una excusa menos para no quererme.

Remembering
you fallen into my arms,
crying for the death of your heart,
you were stone white,
so delicate,
lost in the cold.
You were always so lost in the dark.