Es ahora cuando me doy cuenta de que toda esa gente que decía "segundo de bachillerato es el peor curso con diferencia" tenía razón. El tiempo parece que se ralentiza increíblemente, los días pasan de mala manera, tienes la sensación constante de que tienes algo importante que hacer y que no puede esperar, tienes la puta palabra "selectividad" grabada en el cerebro con tinta indeleble, conoces por fin el concepto de estudiar para nada, te haces adicto al café/redbull/monster/cualquier bebida estimulante para largas noches de flexo y libros, sientes que el mundo de fuera se ríe de ti mientras te preguntas por qué demonios es así de duro, sufres crisis constantes por cualquier cosa (exámenes, trabajos, profesores) y tomas la decisión de que como repitas segundo, te cortas las venas.
Parece coña, pero es verdad. Ojalá no lo fuera.
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