A estas alturas creo que por fin me he insensibilizado. Ha sido largo tiempo de peleas constantes contra todo, y en especial contra mí. Y ahora simplemente asumo lo que va llegando, lo tomo con calma, incluso con indiferencia. Y no sé si eso es exactamente bueno, o simplemente mejor que antes.
En fin, como todos dicen, ya queda poco.
Con todo, a veces me sigue hirviendo la sangre escuchando quejas y lamentos del que no debe lamentar. Supongo que me falta un poco más de entrenamiento para pasar de eso también, y dejárselo a los más irascibles.
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