Aunque ahora, además de todo eso, tiene por fin un sentido completo. Ahora existe un destinatario. Su atemporalidad ha hecho que siempre me haya gustado, pero ahora que conozco a cierto hombrecillo acaracolado, la canción me gusta todavía más.
.. rojitas las orejas.
Pon carita de pena, que ya sabes que haré todo lo que tú quieras.
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