miércoles, 31 de julio de 2013

Take my arms that I might reach you.

Me acuerdo del día que me hablaste de esta canción. Entonces me pareció que estaba bien, y la olvidé por no entenderla. El otro día la escuché por casualidad. La escuché de verdad. Y me gustó tanto, me pareció tan magnífica, que pensé en ti y en tu madurez musical de entonces. Me alegro de haber alcanzado yo esa madurez, y me alegro de que haya sido en parte gracias a ti.

Ayer, gracias a una pequeña crisis de personalidad, la escuché intensamente. Y me acordé de ti. Y te eché de menos. Y me alegré de haberte conocido, de que me hubieras descubierto canciones y significados que ahora entiendo. Y vi la oveja de peluche irlandesa que me regalaste, y me acordé de mi monstruo del lago Ness y de una postal que compré hace un par de años en Weymouth para mandártela en algún cumpleaños.


Happy b-day Harry Potter, by the way.

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