Tengo muchas canciones prohibidas. Me diluyen, me desangran.
Estoy esperando a crear mi propia ola. Una que me levante y me impulse tan rápido y con tanta fuerza que crea que me voy a matar contra las rocas, para que al final me deje encima. Con veinte mil magulladuras, pero encima. Con más adrenalina que nunca.
Curioso que quiera una ola cuando el mar se me desborda por los ojos.
La música me mata y me resucita.
Lo siento, necesito que me revienten las emociones de vez en cuando. Todo en orden.
Y hoy te he visto guapa con los ojos inundados.
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