(Prefería sufrirlo
mil veces antes que infligirlo.)
Te imagino entre las olas un día gris. Siento tanto no haber sido ancla. Siento tanto haber sido el iceberg con el que chocaste (era mayo y yo tuve que haber estado fría, más fría que el puto invierno). Siento tanto que te llevara la marea. Siento tanto el teléfono sin respuesta. Siento tanto haberte llovido. Siento tanto haberte intoxicado con mi amor caducado. Siento tanto todos los sitios que llevan nuestro nombre. Siento tanto tus piezas rotas. Siento tanto que no tuvieras quien te arreglara.
Pero sobre todo, siento tanto no haber sabido cómo seguir queriéndote.
Llevo más o menos desde ese mayo helado arrastrándome entre cristales rotos. Casi se me desangra el alma. Sufriría con gusto veinte mayos más si pudiera borrar todas tus lágrimas.
Ojalá la vida te cruce con alguien mejor que yo.
Te debo tantas cosas que voy a necesitar otra vida para arreglarlo todo.
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