No les pienso decir a mis hijos que no pueden permitirse la universidad porque me quedé callada, sin luchar, sin reivindicar mis derechos y los suyos.
Písame cuando subas, te cazaré pa cuando bajes,
trepa hasta la cimas de mis sueños, podrás verlo:
mis sueños son mentiras que algún día dejarán de serlo.
Del verbo me llaman vástago, basta con alzar el micro al cielo
y caen relámpagos en tímpanos.
Míranos, somos furia sobre un bumb-clap,
hijos de la catástrofe, apóstoles de la verdad.
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