domingo, 14 de diciembre de 2014

Añil.

Estoy llena de añil. Desbordante, de hecho. Se me hielan los domingos. (Será que no están llenos de amarillo). Cuando creía que ya me había hartado de las canciones tristes, era que no las conocía todas. Así que los domingos se me llenan de violines y pianos desconocidos.

Siempre encuentro una excusa para no quererme.

He actualizado mi lista de miedos. Sólo cambia la gente, el número sigue siendo el mismo.


Todo en (des)orden.

Espero perdonarme.

In an isolated system, entropy can only increase.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Sunflowers, 1888.

A veces, más que un ancla, necesito algo que me propulse con fuerza a la superficie. Las anclas, al fin y al cabo, se quedan en el fondo. Tú siempre flotas, y eso es maravilloso. Cuando me ves al fondo, me recoges y me sacas fuera. Me enseñas el color amarillo, y eso es más que maravilloso. Es casi magia. El calor, la vida, la luz. Todo está fuera del agua.

Gracias. Eres una conexión preciosa con el amarillo.


Normalmente, habría utilizado "necesitamos" en lugar de "necesito" en la primera frase. Pero me he rendido un poco. No me importa derrumbarme y admitir el derribo si es contigo. No estoy muy segura de si eso está bien o mal.

Quizá no leas esto nunca. Pero gracias, de corazón.

(La mejor postal que podías haberme traído. Sin duda.)