A veces, más que un ancla, necesito algo que me propulse con fuerza a la superficie. Las anclas, al fin y al cabo, se quedan en el fondo. Tú siempre flotas, y eso es maravilloso. Cuando me ves al fondo, me recoges y me sacas fuera. Me enseñas el color amarillo, y eso es más que maravilloso. Es casi magia. El calor, la vida, la luz. Todo está fuera del agua.
Gracias. Eres una conexión preciosa con el amarillo.
Normalmente, habría utilizado "necesitamos" en lugar de "necesito" en la primera frase. Pero me he rendido un poco. No me importa derrumbarme y admitir el derribo si es contigo. No estoy muy segura de si eso está bien o mal.
Quizá no leas esto nunca. Pero gracias, de corazón.
(La mejor postal que podías haberme traído. Sin duda.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario