Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas de rock. Pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.
Tenía ganas de meterle una bala entre los ojos a cualquiera que se negara a follar para salvar su especie. Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y cubrir de crudo todas esas magníficas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo.
-¿Dónde estabas, chico psicótico?
Quería destrozar algo hermoso.
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