viernes, 23 de septiembre de 2011

Anochece.

Una ciudad que nos atrapa
Un amigo que traiciona
Una puerta que se abre
Una ventana en la que nadie asoma
Una caricia en la mañana
Una pasión
Una rabia como símbolo de acción, de una generación
Una luz que ilumina
Una canción que me anima
Una lágrima que cae y que limpia una vida herida
Una calle colapsada
Un amor que no se acaba
Un político que mira hacia otro lado y no hace nada
Un respeto que se gana
Una inocencia que se pierde
Un corazón que se acelera cuando un enemigo vuelve
Un policía que me insulta
Un lugar lejos de aquí
Un sentimiento que se oculta por miedo a qué dirán de mí
Una familia que se abraza
Un hermano de otra raza
Un jefe que sonríe
Un consejo que, sin más, rechazas
Un atajo
Un lujo que me distrae
Una calma que me arropa si el sol cae
Un olor que trae recuerdos
Una chica que no sabe que la observo
Un álbum de fotos roto pero que aún conservo
Una libertad que huye
Un micro que me comprende
Una venganza justa
Un secreto que se vende
Una historia sin comprender
Un cuerpo de mujer
Un beso distante
Un instante de placer
Un ayer que ya no existe y un mundo que nos repudia
Un día en Suburbia.


Un tiempo difícil
Un silencio que relaja
Un hombre que no se rinde
Un simple perro de paja
Una distancia que se asume
Un porro que me consume
Una noche
Una plaza
Una botella que nos une
Una rima que se escapa
Un sueño por conseguir
Un horario que encarcela
Un nombre que no quiero oír
Una madre que me espera
Un acto de bondad
Un crimen
Un rap que resucita cuando el resto me deprime
Un te quiero, un hasta luego y un por qué
Una suerte que me ampara porque yo me la busqué
Un billete que sale de mi bolsillo
Un vacío
Un barrio que me recuerda dónde están los míos
Un pecado sin remordimientos
Un juguete que aún divierte
Un sólo camino
Una vida
Una muerte
Un paso firme sobre un charco
Un retrato sin un barco
Una página que sigue en blanco
Un canto
Un parto
Un salto
Un llanto
Una gota de sangre secándose en el asfalto
Un árbol que llora hojas secas
Una estatua que se pudre
Un cielo que nunca veo porque el humo lo recubre
Un regalo que agradezco
Un arte que me hace temblar
Un mar que siempre escucha cuando quiero hablar
Un hogar donde descanso
Un lugar de odio y de furia
Un día en Suburbia




No puedo evitar estremecerme cuando escucho esta canción.

Poesía y música. Nada más que decir.

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