No intentes buscarle una explicación a mi repentina tristeza. Ahórrate todos esos quebraderos de cabeza, que no te preocupe si me pongo a llorar. No preguntes por qué lo hago. A veces simplemente no existe razón concreta, a veces simplemente me derrumbo y me da pena el tiempo, la gente, la vida.
A veces me da por pensar que no me parezco a los demás. Todos queremos ser únicos, pero no demasiado. Siempre ha de haber alguien como tú para no estar apartado, en definitiva.. ser demasiado único conlleva estar solo.
A veces pienso en mi vida y me defraudo. A veces pienso en el futuro y me asusta. A veces me rompo y me deshago. A veces planifico una realidad y de repente se desbarata.
A veces me caigo y no es que no pueda levantarme.. es que no quiero. Es que lo que realmente quiero es llorar hasta que las lágrimas se lo lleven todo y entonces se establezca la paz en este cerebro en guerra consigo mismo.
Solo te diré que he derramado lágrimas de emoción.
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