Cuando éramos pequeños, nos contaban historias fantásticas para explicarnos el por qué de las cosas. Nos introducían enseñanzas básicas, modos de comportamiento, qué está bien y qué está mal. Nos sumergían en la sociedad aunque de manera relativa; digamos que era una 'realidad light'.
Conforme crecemos vamos tomando conciencia del mundo real, vamos descubriendo las mentiras, la crudeza. Y dejamos de vivir en un mundo rosa, empieza a distorsionarse nuestra inocencia y se deja paso al color gris.
Disney, nunca te perdonaré que mataras a Mufasa.
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