jueves, 20 de octubre de 2011

Él es luz.

A veces me da por mirarlo fijamente y decirle lo guapo que es. No porque tenga que decírselo falsamente para que crea que lo quiero o, simplemente, por decirle algo. Se lo digo porque necesito hacerlo, porque decírselo me hace más feliz y, aunque parezca una tontería, guapa a mí. Porque su risita al escucharme y su "tú sí que eres guapa" hacen que revoloteen mil mariposas por mi estómago. Sabe que me encanta que me coja el teléfono con un "¡hola preciosa!" y que se despida siempre con un "te quiero". Y, en conjunto, todos esos pequeños detalles son los que me mantienen a la espera todos los días para volver a sentir el placer de escucharlos, los que hacen que me enamore un poco más de él conforme pasa el tiempo y los que me animan siempre que estoy triste.

Y por todo eso sólo puedo decirte que gracias, y que del mismo modo que tú estás ahí incondicionalmente para escucharme, también estaré yo.

Pase lo que pase, sea la hora que sea.

Una chica se despide de su novio en un andén
mientras se sube a ese tren que acelera trepidante..
Alguien anda abandonado con la mente perdida
y alguien se siente perdidamente enamorado.


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